
Playa de Santa Cristina
LLEGAMOS A LA COSTA BRAVA
Veníamos navegando desde Valencia. Nos habíamos acostumbrado la rutina de largas playas abarrotadas de sombrillas y envueltas de edificios. Entonces fuimos sorprendidos por un cambio rotundo de paisaje. Blanes nos abría las puertas de la Costa Brava.

Los acantilados cubiertos de pinos disimulaban las innumerables construcciones que por estar (más o menos) integradas en el paisaje, no estorbaban (al menos no del todo) la belleza del lugar.
PLATJA DE SANTA CRISTINA
Siguiendo la linea de la costa, acercándonos a Lloret de Mar, fuimos descubriendo todo tipo de calas. Para decidirnos, echamos un vistazo a las previsiones meteorológicas, analizamos los fondos para evitar las rocas y la posidonia, comprobamos el calado y por fin nos decidimos por Santa Cristina.

Habíamos llegado sobre las seis de la tarde y tras la maniobra de fondeo nos tiramos al agua uniformados con nuestras aletas, máscaras y tubos, para disfrutar de un rato de snokel. Al llegar a la orilla descubrimos que lo que, desde nuestra perspectiva nos habían parecido dos calas, era una sola comunicada por un paso oculto.
La parte sur (averiguamos más tarde) es la Cala Treumal y la parte norte es la Platja de Santa Cristina.

La platja de Santa Cristina alberga un gran hotel y hasta la arena llegan infraestructuras de esta instalación lo que hace sentir que te adentras en una playa privada. Sin embargo al recorrerla aletas en mano, decidimos disfrutar del agua de esta parte pues ésta es mucho más cristalina que la del otro lado.

Ya de vuelta en el Viviravela nos sorprende que en cuestión de minutos la playa se ha quedado vacía. Al día siguiente descubrimos porqué: el acceso (al menos los últimos 500 metros) se debe hacer a pie. Los coches se dejan en parkings preparados para tal fin y tienen un horario de apertura y cierre ( el más cercano a la cala cierra a las 21:00).
SEGUNDO DÍA EN LA COSTA BRAVA
Tras el desayuno bajamos a tierra. Nuestro objetivo: dar un paseo entre pinos y visitar el Jardí Botànic Marimurtra.

El paseo hasta Blanes es de tres kilómetros aproximados. Se pueden encontrar pequeños tramos que transcurren por pasarelas paralelas al mar con acceso desde las diferentes calas.
Nosotros fuimos a Blanes alternando tramos de senda de montaña con tramos de carretera, visitando la Ermita de Santa Cristina y el Castell de Sant Joan. Ambos bien merecen una visita, sobretodo por las vistas que regalan.
Jardí Botànic Marimurtra
Es un espectáculo sensorial. Diversidad de especies de todas partes del mundo conviven un único espacio.

El paseo te va introduciendo en diferentes escenarios donde el olfato y la vista compiten por absorber el máximo de estímulos. Casi al final del recorrido un balcón invita al mar a introducirse en el jardín consiguiendo que este sea (casi) perfecto.


Sin duda la Cala Treumal y la Platja de Santa Cristina son el lugar óptimo para fondear si lo que se busca es armonía entre montaña y mar.
¡OJO! Evitar fondear con vientos del Este.


One Comment
Jardí Botànic Marimurtra
Enhorabuena por vuestro blog y celebramos que os haya gustado vuestra visita a Marimurtra! Saludos 😉